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"Cuba un país idóneo para fomentar el cooperativismo"

La afirmación pertenece a un artículo del diario Granma que argumenta que está declarada la voluntad oficial de que las cooperativas jueguen un papel importante dentro de la actualización del modelo económico que se está procesando en el país.
A cuatro años del comienzo de este proceso de transformaciones sumamente profundo, cambió el funcionamiento de algunos sectores con la expansión del sector no estatal, principalmente, mediante el reimpulso del cooperativismo.
La Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) dio a conocer que al cierre del 2014 Cuba contaba con 345 cooperativas no agropecuarias. Ello evidencia la aceptación en el país caribeño de esta forma de gestión no estatal si se observa que las primeras 124 iniciaron operaciones en julio del 2013.
De acuerdo con el informe “Organización Institucional Principales entidades Enero-Diciembre 2014”, las actividades con más representación cooperativa son la industria manufacturera, la construcción, el comercio, la gastronomía y la reparación de efectos personales.
Sobre la extensión de este modelo de gestión en la isla, Granma Internacional conversó con especialistas de la Consultoría Económica CANEC, S.A., empresa que brinda servicios de asesoramiento técnico, económico y contable con más de 900 consultores.
El desarrollo de las cooperativas en Cuba parte de la necesidad de ir a una forma de gestión que mejore la eficacia y la eficiencia de varios sectores en el país, afirmó Zulem Pérez Rodríguez, directora general.
“Es una forma de propiedad socialista porque todos los socios son dueños, no son una forma de privatizar sino una forma de gestión no estatal, sobre la base de propiedad socialista.”
En Cuba -dijo- existía la experiencia en la actividad agropecuaria y se decide extenderla a las no agropecuarias en busca de una forma que fuera coherente con nuestro sistema y con los propósitos que tiene el país.
“Por eso es que hay ramas priorizadas en el impulso de las cooperativas no agropecuarias en la Isla, como la de la construcción, la gastronomía, la comercialización de productos agropecuarios, los servicios técnicos y personales.
Aún el país, apuntó, se encuentra en una etapa muy insipiente y a medida que vaya avanzando se desarrollará el cooperativismo.
“El cooperativismo en el mundo tiene una historia antiquísima. Este movimiento es internacional y los principios que lo rigen a ese nivel coinciden totalmente con los que funcionan en Cuba”, sostiene el artículo.
Oscar Gómez, consultor de la Sucursal Habana de Contabilidad y Auditoría, señaló que los principios que formularon los pioneros de Rochdale, primera cooperativa exitosa de la que se tiene documentación, son los que guían a la Alianza Internacional Cooperativa, y muy semejantes a estos, por supuesto con sus terminologías, son los que se mencionan en los lineamientos y en el Decreto-Ley 305 que establece las normas en la Isla para su constitución.
“Eso no es casual. La cooperativa es una forma de gestión que surgió para contrarrestar la lógica del capital de socializaciones profundas del trabajo y apropiación individual.”
Y, por tanto—argumentó— se originaron por un grupo de individuos que sentían la necesidad de sobrevivir en el entorno del mercado, lograr una determinada eficiencia con una socialización a un grado específico.
“En estos momentos, hay ramas y contextos económicos que hacen muy viable introducir en Cuba el sector cooperativo como forma eficiente”, dijo Gómez.
Gómez explicó que la poderosa economía alemana y la exitosa agricultura europea están montadas sobre bases cooperativas, pero el segundo factor de que esos elementos sean capaces de imbricarse con los objetivos sociales, prácticamente no ha sido capaz de lograrse en ninguna parte del mundo. “Quizás Cuba tenga las mejores condiciones para lograrlo.”
Hay muchos lugares -aseveró- donde existen empresas que funcionan bajo la apariencia de cooperativas, pero no cumplen el principio de la repartición equitativa del resultado del trabajo.
“Y Cuba tiene un potencial único en el mundo para desarrollar el cooperativismo, sin desviar su contexto.
Al respecto, Zulem Pérez subrayó: “tenemos un pueblo con un nivel de instrucción que permiten comprender con más facilidad los procesos. Eso hace que seamos mejores en los procesos de formación. Ahora si medimos esos resultados y nos enfocamos a cómo potenciarlos caminaremos mejor”.
Fuente: Granma