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El signo de los tiempos: la Alianza Cooperativa Internacional en América de cara al 2030

En el marco de la ceremonia de clausura de la XX Conferencia Regional, el Director Regional de Cooperativas de las Américas, José Luis Blanco, se dirigió a todos los participantes para presentar sus ideas y sus propuestas sobre el nuevo rumbo que debe tomar la organización y las estrategias necesarias para emprender ese nuevo camino.
A continuación presentamos el texto completo de la exposición de José Luis Blanco durante el evento de cierre de la XX Conferencia Regional de Cooperativas de las Américas.
El signo de los tiempos
La Alianza Cooperativa Internacional en América de cara al 2030
Estamos concluyendo tres días de intensos trabajos, en los que hemos podido intercambiar visiones diversas de los desafíos que enfrentan las cooperativas en América y de cómo enfrentarlos.
Visiones diversas, pero compartidas, pues a todos nos animan valores y principios que nos son comunes. Los valores y principios de la cooperación.
Quisiera aprovechar este importante encuentro de líderes cooperativistas de América para invitarles a una reflexión conjunta, una reflexión colaborativa y continental, sobre el futuro de nuestro modelo y el papel que nos espera a quienes creemos en él y lo lideramos.
En este, mi primer evento como Director Regional, quisimos elaborar un programa académico que tuviera en cuenta las grandes preocupaciones de las cooperativas en América.
Pero más allá del programa, buscamos proponer actividades que favorecieran compartir visiones diversas y relevantes de lo que está sucediendo en este diverso y rico continente.
Tenemos un ADN que atrae como un imán a quienes quieren un mundo mejor. En efecto, nuestro especial y muy valioso modelo, propende naturalmente a crear muchas de las condiciones que, casualmente, son las que necesita una sociedad para prosperar y vivir en paz.
La presencia de todos Ustedes aquí es altamente valorada. Ya de por sí, desplazarse de sus casas para dedicar tres días, más los viajes, al intercambio cooperativo es meritorio.
Pero lo es más aún en el contexto de graves catástrofes que nos han entristecido y han llevado la dificultad y el dolor a muchos países de nuestra América. 737 líderes aceptaron estar acá y les estamos muy agradecidos
Queremos saludar muy especialmente a los hermanos cooperativistas que no pudieron venir de los países que han sido afectados (las islas de las Antillas menores, Puerto Rico, República Dominicana y Haití, Cuba, México y Guatemala, y ahora más recientemente Nicaragua, Costa Rica, Belice, Honduras). Y quienes están aquí, gracias por venir a Ixtapa y ser parte de este esfuerzo. Y un abrazo solidario a los que interrumpieron obligadamente sus planes. Todos ustedes se merecen un aplauso de reconocimiento y solidaridad.
Las cooperativas, un modelo inspirador y vigente
Vivimos tiempos complejos, tiempos nuevos, en los que las maneras tradicionales de pensar, decidir y actuar están siendo profundamente cuestionadas.
Pareciera que el interés individual es quién lo domina todo, el beneficio propio a costa de los demás, la actuación sin valores se está imponiendo. Pensamos con pesar que la vida se vuelve superficial y facilista. Y sin embargo….
Sin embargo sabemos que no es así. Que la gente, sin importar su raza, su idioma, su edad… Necesita valores, esperanza. Actúa solidariamente y quisiera creer en un futuro mejor y más justo.
Las cooperativas ofrecemos eso. ¡Somos eso! Somos un modelo inspirador y cada día más vigente.
Somos un tipo de empresa único. Somos organizaciones basadas en la conjugación del interés individual y el esfuerzo común.
Tenemos un ADN que atrae como un imán a quienes quieren un mundo mejor. En efecto, nuestro especial y muy valioso modelo, propende naturalmente a crear muchas de las condiciones que, casualmente, son las que necesita una sociedad para prosperar y vivir en paz.
Somos un movimiento pluralista y tolerante. A nadie se le pide renuncia a su religión, a su raza, a su sexo o a sus opiniones políticas para ser cooperativista. Esto es lo maravilloso de este modelo, reúne la más amplia diversidad y la encauza en un proyecto colectivo que persigue el bien común. Y lo hacemos propendiendo a un modelo de toma de decisiones consultivo y democrático.
Quienes lo practicamos sabemos que no es tan fácil. La democracia perfecta a lo mejor no existe, pero nuestro modelo cooperativo crea condiciones de equidad entre los miembros y de educación, que favorecen una gestión compartida, y permite decisiones respetuosas el interés común.
Somos, además, una forma de hacer empresa y de generar riqueza mucho más humana, pues buscamos no la rentabilidad fría del capital y el beneficio de quién lo posee, sino el bien común.
Creamos valor compartido. Satisfacemos la necesidad del individuo, al tiempo que creamos y distribuimos riqueza colectiva.
La integración, una respuesta poderosa
La práctica de la cooperación nos enriquece como personas y como comunidad. Crear una cooperativa, consolidarla, hacerla crecer y darle sostenibilidad para atender necesidades compartidas de una población, he aquí una tarea titánica. La entendemos quienes la hemos vivido.
Largas caminatas, reuniones interminables, esfuerzos enormes para buscar puntos de acuerdo entre intereses diversos. La gradual construcción de un entendimiento colectivo para que la asociación crezca con la empresa… Estos son los ladrillos con que construimos el éxito cooperativo. Pero no basta.
... la buena cooperativa no sólo es una buena asociación, debe ser también una buena empresa.
También debe crecer el negocio. La sostenibilidad del negocio requiere de un grado de éxito empresarial. Atraer capital suficiente, desarrollar modelos de negocio viables con productos y servicios de calidad valorados por los socios, aplicar estrategias comerciales capaces de enfrentar la competencia. En fin, la buena cooperativa no sólo es una buena asociación, debe ser también una buena empresa.
Y para serlo necesita de la integración. Sin llegar a los extremos de proponer una república cooperativa como hicieron los clásicos (¡qué más quisiéramos los cooperadores!), no hay duda de que competir y subsistir en un mercado, necesita que las cooperativas cooperen entre sí y sean mucho más robustas y presentes en los diversos sectores económicos. No basta con el éxito individual, no basta con ser el más grande del sector si estas sólo.
La integración es lo que nos tiene hoy aquí en Ixtapa. La integración es lo que ha hecho que las ideas de los pioneros trascendieran un barrio, una ciudad y se expandieran por el mundo.
Gracias a la integración tenemos un MOVIMIENTO COOPERATIVO que abarca todos los confines del globo, todas las razas, todas las religiones, todas las actividades económicas, un movimiento mundial.
La Alianza Cooperativa Internacional
Y cuando hablamos de la integración, sabemos que hablamos de cooperativismo. Reconocemos el territorio de la integración como un espacio en el que los principios y valores cooperativos se concretan. Tanto en el plano local, como en el de las regiones geográficas internas, los países, los sectores económicos. Esta vigencia de la integración cooperativa es la que da sustento a la Alianza Cooperativa Internacional.
La ACI es el máximo organismo de integración cooperativo en el mundo. En sus 122 años de historia, la Alianza ha vivido muchas etapas, no todas fáciles, no todas buenas de contar.
Somos lo que logramos transmitir, lo que logramos despertar en nuestros miembros.
Idas y venidas al compás de los momentos de desarrollo y crisis económica, de guerra y de paz, de unión y de conflicto. Pero siempre orientando y alimentando un movimiento mundial de cooperadores, empecinados en construir un mundo mejor.
Así, como una cooperativa significa para sus miembros lo que es capaz de generar como valor e identidad, lo mismo nos pasa a los organismos de integración.
Somos lo que logramos transmitir, lo que logramos despertar en nuestros miembros. Por eso quisimos que esta XX Conferencia Regional fuera un momento para realzar nuestra manera de ver el mundo, para manifestar lo que significamos. Ojalá nos hayamos acercado, con todas esas imágenes y frases que hemos colocado aquí y allá en el hermoso espacio que Ixtapa le ha dado a la Conferencia.
Construimos un futuro más justo. Promovemos relaciones justas basadas en la equidad. Somos un modelo sostenible y democrático. Servimos con sentido social. Promovemos un mundo solidario para nuestros hijos.
En fin… quisimos, y ojalá hayamos logrado, despertar en todos nosotros un sentido de orgullo e identidad cooperativa. Y tendríamos porque sentirnos así.
Siendo parte de la Alianza Cooperativa Internacional. Somos parte de un movimiento mundial que crea prosperidad y progreso para más de mil millones de personas y sus familias.
La ACI está en América
La ACI está en América. Esto es cierto desde hace inicios del siglo pasado, y desde hace casi 30 años una oficina regional favorece la integración continental de las cooperativas. Más aun, América está en la ACI, y esto será aún más cierto cuando un latinoamericano ocupe la Presidencia Mundial, como es muy probable que suceda. Ariel, nuestras esperanzas están contigo.
Quisiera concluir este mensaje con unas reflexiones muy breves sobre lo que pienso debería ser el rol y tareas de la oficina regional de la ACI en nuestro continente.
Cinco ideas para una agenda de futuro
Para simplificar resumo en cinco ideas que podrían constituir una agenda para el futuro. Por ahora es mi interpretación personal, pero con la participación de todos ustedes, podemos elaborar una agenda que nos identifique y nos abarque a todos, con estas u otras propuestas, pero –lo más importante- compartidas.
Imagino una Alianza abarcadora de los distintos sectores y países. El cooperativismo es muy diverso, y hoy sus manifestaciones están multiplicándose. Pero nuevas y viejas cooperativas deben estar representadas en la ACI. Hoy la tenemos 97 miembros, pero deberíamos tener muchos más, hay sectores enteros que no están acá, y otros tienen muy poca presencia, hay países ausentes o muy limitados en su membresía. Y, la verdad sea dicha, no alcanza con los organismos cúpula. Las confederaciones y federaciones por supuesto que representan sus sectores y países, pero necesitamos una ACI más conectada con la realidad de las cooperativas de base y de sus asociados. Sueño con un movimiento cooperativo libre de las barreras mentales e idiomáticas que separan la América Latina de Estados Unidos y Canadá, a la América continental de la del caribe, a las cooperativas grandes de las pequeñas, a las urbanas de las rurales. Sueño, con un cooperativismo unido e integrado, sin barreras.
Sueño, con un cooperativismo unido e integrado, sin barreras.
Aspiro a hacer de la Alianza una organización aún más cercana de sus miembros. Atenta a sus necesidades y aspiraciones. La ACI no es una federación sectorial o un organismo de carácter nacional, así que no podría asumir tareas de naturaleza muy puntual. Pero nuestro actuar debería estar mejor alineado con las preocupaciones y necesidades de las cooperativas y países miembros.
Ustedes lo saben bien, son conscientes de las presiones de la competencia, de los desafíos de una tecnología cambiante, se dan cuenta de cómo sus asociados cambian en sus expectativas y demandan de sus cooperativas nuevas formas de acceder a los servicios, características distintas, otras fuentes de valor para seguir encontrando sentido a su pertenencia.
Para nosotros es igual, por ello, si queremos seguir vigentes, necesitamos conectar a la ACI con su realidad, acercarla de sus preocupaciones, estar ahí dónde están ustedes.
Necesitamos una Alianza relevante, que continúe y profundice la presencia a nivel de opinión pública, autoridades de gobierno, reguladores y organismos internacionales. Una Alianza que refleje y amplifique la relevancia de sus movimientos cooperativos miembros.
La sostenibilidad futura del movimiento nos está demandando capacidades nuevas. Exige un movimiento continental mucho más integrado, capaz de impulsar grandes iniciativas de desarrollo y de negocios a nivel nacional e internacional. Hace unos años hablábamos de globalización como una tendencia. El mundo ya se globalizó, todo está interconectado y las fronteras desaparecen. Quisiera ver a la oficina regional de la ACI incentivando y acompañando en forma dinámica y proactiva grandes iniciativas de desarrollo cooperativo y empresarial en todo el continente. Y apuesto a que ustedes también.
Mucho se habla de renovar y de profundizar la teoría y la práctica cooperativa. Y es muy válido, pero esta renovación debe venir de nosotros mismos, debe proteger nuestra identidad fundamental.
Mi última idea tiene que ver con la necesidad de impulsar un movimiento cooperativo con una fuerte identidad propia reconocida y valorada por la sociedad. Mucho se habla de renovar y de profundizar la teoría y la práctica cooperativa. Y es muy válido, pero esta renovación debe venir de nosotros mismos, debe proteger nuestra identidad fundamental. Innovar en cooperativismo no puede ser despojarnos de lo que es nuestra esencia. Impulsemos un cooperativismo renovado que nos identifique y nos haga reconocibles ante la sociedad, pero un cooperativismo auténticamente solidario y democrático alrededor de nuestros principios y valores
Amigos y amigas cooperativistas, a nombre del Consejo de Administración, del equipo de trabajo de la oficina regional, muchas gracias por estar aquí, gracias por haber aceptado esta invitación.
En algún momento alguien hablo de suspender, de posponer, de trasladar… no era necesario, más necesario era estar aquí, en solidaridad con nuestros hermanos de México.
Quisimos organizar una buena conferencia, una conferencia memorable. Ojalá lo hayamos logrado. Al regresar a sus casas y a sus organizaciones, ojalá puedan afirmar con convicción el adagio latino:
Vini, vidi, didici… vine, vi y aprendí.
Gracias.
José Luis Blanco
Director Regional de Cooperativas de las Américas
La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Unión Europea. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de Cooperativa de las Américas, y en ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea.